Las negociaciones para una coalición entre los dos partidos centristas más grandes de Austria han fracasado. El canciller Karl Nehammer anunció el sábado que renunciará como resultado de la incapacidad de establecer un gobierno sin el partido de extrema derecha Libertad.
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La noticia llega después de que el partido liberal Neos, un tercero, anunciara su intención de retirarse de las negociaciones, citando a los otros partidos por no tomar la acción decidida y audaz que demandaba.
Nehammer anunció en un video que renunciaría como canciller y líder del (conservador) Partido Popular en un futuro próximo para facilitar una transición suave. Este anuncio se produjo después de que las negociaciones de coalición con los Socialdemócratas (SPO) se reanudaran sin la participación de los Neos el sábado.
Las elecciones parlamentarias más recientes fueron ganadas por el FPO, que es favorable a Rusia y es euroescéptico, con el 29% de los votos en septiembre. Para gobernar, se requeriría un socio de coalición; sin embargo, Nehammer había rechazado previamente la posibilidad de gobernar con Herbert Kickl, el líder del FPO. Por lo tanto, no había un socio potencial disponible de inmediato.
Por lo tanto, Nehammer recibió la responsabilidad de establecer un gobierno por parte del presidente austriaco Alexander Van der Bellen, quien anteriormente fue líder de los Verdes. Los dos resultados más probables son que Kickl reciba la responsabilidad de establecer un gobierno o que se convoque a unas elecciones de emergencia a raíz de la renuncia de Nehammer.
El FPO ha experimentado un aumento en el apoyo desde las elecciones anteriores. Las encuestas de opinión indican que mantiene una ventaja de más de 10 puntos sobre el Partido Popular (OVP) y los SPO.
Las negociaciones colapsaron, como confirmó el líder de los SPO, Andreas Babler, en una rueda de prensa. La falta de consenso sobre cuestiones clave y la falta de voluntad para comprometerse con los principios fundamentales fueron puntos críticos que llevaron al fracaso de las conversaciones.
El futuro político de Austria se ve ahora inestable, con incertidumbre sobre quién liderará el país y cómo se formará el próximo gobierno. Mientras tanto, los ciudadanos austríacos esperan con expectación para ver cómo se resolverá esta situación política sin precedentes.