La construcción de una fábrica para la empresa china de vehículos eléctricos BYD ha sido suspendida por las autoridades brasileñas después de descubrir a más de 160 ciudadanos chinos que residían en condiciones “semejantes a la esclavitud”.
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Los trabajadores, que estaban ubicados en un sitio de construcción en el estado nororiental brasileño de Bahía, fueron descubiertos trabajando durante períodos excesivos de tiempo, a veces durante siete días consecutivos, y viviendo en alojamientos “degradantes”.
Los trabajadores, empleados por un contratista llamado Jinjiang Construction Brazil, supuestamente no podían marcharse sin autorización, y más de 100 de ellos tuvieron sus pasaportes confiscados. Los trabajadores fueron reclutados en China y trasladados a Brasil.
El sitio había estado bajo investigación por parte de la fiscalía del trabajo pública desde noviembre. “Descubrimos que el trabajo de estos 163 trabajadores se realizaba en condiciones que recordaban a la esclavitud”, declaró la fiscalía del trabajo local durante una conferencia de prensa el lunes.
“El entorno laboral no cumplía con los estándares mínimos de seguridad”, declararon las autoridades.
En Brasil, las condiciones semejantes a la esclavitud abarcan el trabajo forzado, las condiciones laborales deshumanizantes, las jornadas exhaustivas que ponen en peligro la salud de los trabajadores, la servidumbre por deudas (donde un individuo está obligado a trabajar para pagar una deuda en lugar de recibir una compensación justa), y cualquier trabajo que viole la dignidad humana.
Durante la investigación, se descubrió que más de 600 empleados estaban obligados a dormir en catres sin colchones, y que compartían ocho baños portátiles que estaban en un estado “deplorable” y carecían de papel higiénico y agua.
La comida se almacenaba en condiciones insalubres y en cercanía a los baños debido a la falta de espacio en la cocina. Además, se descubrieron comidas preparadas en el suelo, expuestas a la suciedad y sin refrigeración. La mayoría de los empleados estaban obligados a consumir sus comidas mientras se acostaban en sus colchones.
Los fiscales declararon que las condiciones de los alojamientos “mostraban una imagen alarmante de degradación y precariedad”.
BYD declaró que “no tolera el irrespeto a la ley brasileña y la dignidad humana” y había terminado de inmediato el contrato con Jinjiang para una parte del trabajo de la fábrica. La empresa también estaba contemplando “otras medidas apropiadas”.
BYD, que significa “Build Your Dreams”, fue fundada en 1995 como fabricante de baterías. Sin embargo, desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en uno de los mayores fabricantes de vehículos eléctricos del mundo. Tiene su sede en Pingshan, en las afueras de Shenzhen, y está dirigida por Wang Chuanfu, quien a menudo es comparado con el Elon Musk chino.
La empresa declaró que todos los empleados serían trasladados a hoteles de la zona, y la compañía ha iniciado una evaluación completa de las condiciones de vida y laborales de todos los empleados contratados por las empresas implicadas en el proyecto.
BYD señaló que la empresa había estado haciendo negocios en Brasil durante una década, cumpliendo consistentemente con la legislación local y manteniendo su compromiso con la dignidad humana, el respeto y la integridad.